- Estoy preocupado porque hoy más que nunca somos vulnerables, no solo como sociedad, sino también como ciudadanos en lo específico, como personas, como familias.
- El gobierno local ha exhibido su punto débil y esto tarde o temprano será aprovechado por quien busque la desestabilidad.
- Más allá de la notoria inacción por parte de las autoridades del Estado Mexicano, radica en ver la muy limitada capacidad de reacción de sus órganos de protección y seguridad.
- Estado garante de mis libertades, de la paz social y el orden, ¿en dónde estás?
Estoy preocupado. Esa sencilla
pero tan poderosa palabra que puede generar un sin número de sentimientos al interior del cuerpo emocional de una
persona.
Normalmente, y con el paso de los
años, como persona al ir creciendo y madurando podemos afrontar de una manera
más serena las adversidades que día con día se nos presentan en este largo,
aunque nunca sabemos que tan largo, camino de la vida. Normalmente no suelo
estarlo de manera permanente. Todos, indudablemente todos, tenemos esta clase de
sentimientos en algún momento de este tránsito llamado vida. Sin embargo, esta
es una preocupación diferente. Es una preocupación que radica de una percepción
que desde hace un par de días no deja de rondar mi mente.
Como ha quedado de manifiesto, en
estos últimos días una camarilla de no más de quince mil personas ha llevado a
cabo una serie de hechos violentos para, supuestamente de manera pacífica,
hacer uso de sus libertades de expresión al amparo de la Constitución General
de nuestro país.
No es necesario entrar a hacer juicios
sobre las actividades y actitudes asumidas por estos grupos. Basta con encender
un televisor para que te puedas dar cuenta de las conductas que este grupo ha asumido a efecto de manifestar sus
supuestas libertades. No obstante todo esto, la raíz de esta preocupación no
tiene que ver con las actitudes que este grupo ha asumido.
Mi verdadera preocupación, más
allá de la notoria inacción por parte de las autoridades del Estado Mexicano,
radica en ver la muy limitada capacidad de reacción de sus órganos de
protección y seguridad. Me parece que ha quedado expuesta una importante
debilidad que en un futuro cercano, o lejano pudiera, ser aprovechada por este
u otros grupos manipuladores a efecto de desestabilizar de manera social y política
a nuestro País.
Este próximo fin de semana se
llevarían a cabo varios espectáculos en la Ciudad de México. Por una parte
celebraríamos un par de partidos de futbol. El día sábado se enfrentarían el
Cruz Azul y el Querétaro, mientras que el día domingo se darían cita en Ciudad
Universitaria los Pumas de la Universidad y las Águilas del América. Aunado a
lo anterior, para el día 1 de septiembre se tienen previstas las ya
tradicionales marchas del sector inconforme en turno. Esto último con la
salvedad de que el grupo inconforme en turno, es uno que de manera gradual se
ha venido radicalizando desde sus orígenes en el estado de Oaxaca, que
continuamente manifiesta una constante escalada en sus niveles de
radicalización pero sobre todo con quien el gobierno tanto local como federal
no ha establecido un mecanismo válido de interlocución. Una situación muy
parecida cuando en el año 2000 el movimiento, supuestamente universitario, se
radicalizó en manos de unos pocos y mantuvieron cerrada, durante casi 1 año,
nuestra querida Universidad Nacional.
No obstante, lo anterior no me
parece, en este caso, lo más preocupante de la situación. Lo grave, me parece
es, las declaraciones hechas por la autoridad de la Ciudad de México sobre que
el número de elementos con los que cuenta la fuerza pública local no es
suficiente para garantizar y contener los posibles brotes de violencia que
pudieran surgir de un par de partidos de futbol soccer. Uno de ellos
efectivamente con un historial importante de confrontaciones entre los
seguidores de ambos equipos, y el otro Querétaro – Cruz Azul que no debiera
presentar mayores inconvenientes debido a que la presencia del equipo Queretano
en México es realmente muy pequeña. Posterior a estas declaraciones se procedió
a solicitar que dichos encuentros sean reprogramados, lo cual las directivas de
los 4 equipos acordaron hacer.
Con esto, como en un juego de
estrategia, el gobierno del DF muestra a la persona observadora –y no tan
observadora, como quedó de manifiesto el artero asalto a la Cámara de Diputados
así como los bloqueos al Aeropuerto de la Ciudad de México, los límites que
tiene en la posibilidad de resguardar el orden público en la Ciudad de México.
Qué bueno que no fueron dos
concentraciones masivas y radicalizadas el mismo día. El Distrito Federal, sede
de los poderes de la Unión nos hace ver a todos quienes aquí vivimos que en un
caso como el que se plantea en este párrafo quedaríamos indefensos y a expensas
de dos camarillas violentas que, como ha sido en el caso de los maestros del
CNTE, no hemos visto aún su verdadero potencial vandálico y destructivo. En
esta última semana le hemos dado una probadita pero sería importante consultar
a la gente de Oaxaca sobre los verdaderos alcances de estas personas.
Estoy preocupado porque hoy más
que nunca somos vulnerables, no solo como sociedad, sino también como
ciudadanos en lo específico, como personas, como familias. El gobierno local ha
exhibido su punto débil y esto tarde o temprano será aprovechado por quien
busque la desestabilidad. No quiero sonar alarmista pero si soy realista. Me
parece que el Estado Mexicano está obligado a demostrar que ante todo tiene la
capacidad de garantizar la paz y el orden público. En estos días ha quedado
lejos de hacerlo.
Vivimos en una sociedad cada vez
más desigual. Una sociedad en donde las clases sociales cada vez se polarizan
más. Una sociedad en la cual aún hay rezagos importantes en materia de
educación y que un número importante de
actores políticos se aprovechan de la necesidad e ignorancia de miles para
lucrar políticamente a su favor con la única intención de llegar al único sitio
al que sus ambiciosos ojos miran: el siguiente cargo político, el siguiente
presupuesto por administrar.
Estoy preocupado al ver como el
México mejor que a algunos, y posiblemente, los más buscamos día con día cada
vez se encuentra más lejos. Estoy preocupado al ver como el México que algún
día heredaré y heredaremos a nuestros hijos va en franco retroceso social.
Estoy preocupado al ver que el Estado Mexicano ha mostrado que es sumamente
vulnerable ante cualquier movimiento des estabilizador. Estoy preocupado porque
hoy, una mente malévola, sabría en dónde están las debilidades para encender la
chispa de un estallido social.
Estado garante de mis libertades, de la paz social y el orden, ¿en dónde estás?