Hace una semana tomé una decisión que me parece será trascendental en la tranquilidad económica de mi persona y que ayuda a que se puedan tener finanzas personales sanas. Recomiendo que quien quiera dar el primer paso hacia la libertad financiera lea detenidamente y diga adiós de forma convencida al Crédito de Consumo. Entiendo que el crédito de consumo es más que nada aquel que nos permite gozar de un bien desde "ahora" y pagarlo "después". La forma más común de dicho crédito son las Tarjetas de Crédito y en cierta medida y dependiendo del uso que uno le de a un vehículo, los créditos automotrices.
En el caso de las tarjetas de crédito, considero que únicamente deben de utilizarse en caso de emergencia y como un mecanismo que permite hacer frente a situaciones inesperadas. La mayoría de las personas, siento yo, las utilizan como medio para acceder a bienes de consumo, es decir que se acaban y no representan una inversión o un activo duradero, que muchas veces no podemos pagar en su totalidad y que con la facilidad que implica el únicamente firmar un pequeño papel nos olvidamos que al final del día habrá que cubrir el costo de dicha adquisición.
En ocasiones he escuchado que quien sabe manejar una tarjeta es quien cubre el saldo total el día de pago y con ello evita el pago de intereses. No estoy de acuerdo, ya que esto únicamente implica que consumamos algo por lo que aún no podemos pagar y para cuyo pago ya hemos comprometido los ingresos futuros. ¿Por qué no esperar a tener esos ingresos futuros para hacernos de ese bien de consumo? ¿Por que mejor decidimos comprometer esos ingresos futuros? Esa es la maldición de las tarjetas de crédito.
Quiero dejar claro que no creo que el crédito sea malo. No lo es, ya que es un mecanismo que nos permite hacernos de bienes que de otra forma no podríamos integrar a nuestro patrimonio. El no aprovecharlo como mecanismo de inversión es en donde creo que está el error.
Creo que para poder dar ese paso y dejar de depender de dicho crédito lo primero es reconocer la alta dependencia de llevar el día a día con base a ese uso indiscriminado del crédito. Reconocer que se vive del crédito y que eso no es ni debe de ser.
El siguiente paso es hacer un ejercicio de auto reflexión sobre que es aquello a lo cual puedo tener acceso con base en mi capacidad económica de generar ingresos y, muy importante ahorro. -Creo que sería un gran error no solo dejar de usar el crédito y consumir lo que recibimos sino que también hay que ahorrar, aunque bueno primero el primer paso, por obvio que parezca.-
El tercer paso es idear la forma en que se liquidarán las deudas que se tienen mediante los instrumentos del crédito al consumo y seguir religiosamente dicho plan cueste lo que cueste. -Si no se hace así jamás saldremos de ese círculo vicioso-
El cuarto y último paso será disfrutar la libertad financiera que nos da el no depender del crédito para vivir. Ese día dejaremos de trabajar para los bancos y comenzaremos a trabajar para nosotros y nuestros seres queridos.
El camino será muy difícil, más aún cuando estamos acostumbrados a vivir del crédito pero solo quienes muestren disciplina, voluntad y sacrificio lograrán salir del circulo vicioso que representa el crédito y gozar de una verdadera libertad financiera. Trabajar para uno y los seres queridos y no para los Bancos.
Analicen, al inicio de este comentario, mi impresión gráfica de una persona que vive del crédito. Siempre corriendo a toda velocidad para pagar y pagar... lo más triste de todo es que por más que se esfuerce por lograr algo, jamás llegará a ningún sitio.
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